2025-09-05
Durante las interacciones comerciales cotidianas, es común que los nuevos clientes, a menudo empresas emergentes de alimentos o bebidas con poca experiencia en los procesos de llenado, pregunten si nuestras botellas y frascos de vidrio pueden soportar altas temperaturas. Estos clientes cometen con frecuencia el error de someter las botellas recién esterilizadas a una ducha de agua inmediatamente, lo que a menudo hace que el vidrio se rompa. Esto les lleva a creer que las botellas de vidrio no son resistentes al calor, cuando en realidad, esto es un concepto erróneo.
De hecho, las botellas de vidrio están generalmente diseñadas para soportar altas temperaturas. Se producen fundiendo vidrio a temperaturas superiores a 1.000 grados Celsius, seguido de un enfriamiento gradual mediante moldeo, recocido y otros tratamientos. El vidrio normalmente solo comienza a ablandarse a temperaturas entre 500 y 600 grados Celsius, lo que significa que permanece estable muy por debajo de estos puntos. La verdadera vulnerabilidad del vidrio no es el calor alto en sí mismo, sino los cambios repentinos de temperatura, lo que denominamos “choque térmico” o “vibración térmica” en términos técnicos. Por lo tanto, las botellas de vidrio no son inherentemente sensibles al calor, pero el enfriamiento o calentamiento rápidos pueden hacer que se agrieten o se rompan.
Las botellas de vidrio se forman utilizando moldes abiertos y cerrados. Las áreas donde la tensión se concentra más fuertemente incluyen el cuerpo de la botella, su base y las secciones formadas por estos moldes. Durante los cambios rápidos de temperatura, calentamiento y enfriamiento rápidos, las moléculas en estas regiones se vuelven muy activas. Cuando esta actividad molecular excede la capacidad del material para resistir la tensión, puede resultar en la rotura física o el agrietamiento del vidrio.
Basándonos en el análisis anterior, podemos llegar a las siguientes conclusiones:
El vidrio exhibe una excelente resistencia a las altas temperaturas; sin embargo, es vulnerable a la rotura cuando se somete a cambios repentinos de temperatura. Para adaptarse a la mayoría de los usuarios, los fabricantes suelen establecer una diferencia de temperatura máxima permitida de 42°C, lo que significa que los recipientes de vidrio no deben experimentar fluctuaciones térmicas que excedan este valor. Por lo tanto, después de los procesos de llenado y esterilización, las botellas no deben enfriarse inmediatamente con duchas de agua. En cambio, primero deben someterse a una liberación de presión y un período de enfriamiento gradual. Solo una vez que la diferencia entre la temperatura indicada y la temperatura del agua esté dentro de los 42°C, se deben usar duchas de agua para enfriar aún más las botellas. Este enfoque ayuda a evitar que el vidrio se rompa.
Si tiene alguna pregunta especializada con respecto al envasado de frascos y botellas de vidrio, no dude en contactarnos para obtener ayuda inmediata.
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